En los próximos días anexare la narrativa
inspirada por el Espíritu Santo de Dios sobre como algunos ciudadanos del
planeta (mujeres y varones), cometieron asesinatos, robos,
masacres, usurpación de tierras, desvío de aguas, robo de plantaciones, esos que se apoderaron de oportunidades y privilegios, estarán bajo la lupa del cobro de la justicia con la espada
del Todopoderoso y con la ayuda de los cuatro elementales (tierra, agua, fuego
y aire). Estos elementos se unirán en hermandad para destruir objetos, herramientas, maquinas, casas, edificios, vehículos, enseres, vanidades y suntuosidades, que fueron
asaltadas a las mayorías de los mortales terrícolas humanos que murieron de
hambre o por armas por culpa de unos pocos. Las almas de los justos e inocentes
acribillados a muerte claman desde el cielo el cobro de la verdadera justicia
que jueces, abogados y jurisconsultos no lograron aplicar, porque se
convirtieron en cómplices de victimarios y rufianes del mismo asalto como
delincuentes (San Lucas 1: 51-53): 51. Hizo proezas con su brazo; desbarató las
intrigas de los soberbios. 52. De sus tronos derrocó a los poderosos, mientras
que ha exaltado a los humildes. 53. A los hambrientos los colmó de bienes y a
los ricos los despidió con las manos vacías.
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