El fatídico día llegó y Jorge Eliécer cayó sobre uno de los andenes en la calle principal de la metrópoli capitalina. Fue un 9 de Abril. Sus enemigos celebraron misas, oraciones, novenas y rezos por el vil asesinato. El varón con dignidad, inteligencia y valor, había denunciado las anomalías, robos, saqueos y mentiras que usaba la clase dominante para permanecer en el poder de una nación que traicionó la honorabilidad y honradez de su libertador. Lagrimas y congojas entristecieron a las masas de campesinos y ciudadanos que con seguridad sabían que el hombre haría un verdadero cambio en busca de justicia y bienestar. Desde entonces el país no ha salido del marasmo desgarrador. Allí aún masacran la vida de los inteligentes y rectos. Hoy gobiernan los necios e ignorantes. Hay gritos que no se quedan en el firmamento de los lugares y salen vomitados al espacio de la lucidez.
Los dos bandos aparentemente opositores estaban felices por la desaparición del inmortal difunto. Uno de ellos creó la farsa y montó escena teatral para enredar dentro de sus uñas nauseabundas a los incautos con sus votos. El genio del 48, declaró con prudencia la pertenencia al Partido Liberal para que no lo desaparecieran antes. Sus ideas, proyecto y disciplina superaron la tesis de la cuestionada organización. Jorge Elíecer, estuvo magistralmente por encima de los falsos políticos del momento y de esos de siempre. Los mortales terrícolas humanos equivocados no lo dejaron vivir y se las ingeniaron para aparecer frente a los grupos sociales como blancas palomas de amor y paz. Los gobernantes de turno a través de un ministerio que se inventaron como educación, prohibieron enseñar matemáticas a los parroquianos para que los hijos e hijas de Dios no contaran ni sumaran a sus muertos caídos. Desde entonces nada aumenta. Todo disminuye. Cada día nacen menos flores en los caminos y escasean las orquídeas y margaritas. Jesús de Nazaret lo dijo: “Los envío como ovejas en medio de lobos.”
Mientras los pobres y marginados que seguían al caudillo lloraban en las plazas de las ciudades y en los campos, la Iglesia oficial se hizo al lado de los poderosos opositores y usó como trinchera para el mortal ataque: Púlpitos, capillas, templos, palacios, casas, mansiones, oficinas, fincas, seminarios, cátedras y edificios. El bando oponente al líder era el conservador y con ese se alinearon los religiosos. Esos armados hasta con machetes, cuchillos, escopetas, garrotes y martillos, desgarraron la vida de los connacionales. La nación se convirtió en un cementerio ambulante y en cada esquina se hizo natural y cotidiano encontrar el cuerpo inerte de un inocente o una mujer violada por los pervertidos y desviados demonios. Los sacerdotes de la época y sus compinches, se subían a los campanarios y desde allí disparaban sus armas para segar la humanidad de los indefensos. Los obesos jefes conocidos como obispos, proclamaban con sus bocas infectadas de tóxicos hirientes que no era pecado matar liberales. Los amigos del muerto se las ingeniaron y también se armaron aumentando el desgarrador episodio. Caían terrícolas de los dos bandos. No hubo poder humano ni divino para detener el río de sangre.
En varios municipios importantes entre el comercio y la ganancia ilícita, los conservadores amarraban a los liberales y los despedazaban a filo de machete y grandes palizas. Hoy se reemplazaron por motosierras y siguen descuartizando los cuerpos de aquellos que intentan enfrentar sin armas sólo con protestas al régimen de muerte. Inclusive hombres armados dentro de las ciudades, asesinaron en una céntrica avenida a uno de bien que se opuso al régimen de frente. No se respetó ni siquiera la tarima, el jeep campero, el avión o el aeropuerto, para segar la vida de otros que presentaban nuevos proyectos. En 3 años poco a poco y con la misma maquinaria, exterminaron la vida que pasa el número de 45 mil oponentes por haber organizado un partido nuevo. Si se contara el número total de los muertos se necesitarían por lo menos de un millón de tomos con sus libros juntos. Miles y miles de ciudadanos de aquellos que quedaron vivos, ahora viven lejos de su tierra y algunos no desean regresar a su patria. La misma nación injusta y cruel, se jacta de ser un paraíso de bondades pero nadie sabe que la ufana ni ¿Dónde? están sembrados los blancos claveles de la dicha. El carpintero de Belén lo expresó en Lucas 17: “26 Como Pasó en los Días de Noé, Así también Será en los Días del Hijo del Hombre: 27 Ellos Comían y Bebían; se casaban y se daban en casamiento, hasta el Día en que Noé Entró en el arca, y vino el diluvio y los Destruyó a todos. 28 Asimismo, también Será como Pasó en los Días de Lot: Comían, Bebían, compraban, Vendían, plantaban y edificaban; 29 pero el Día en que Lot Salió de Sodoma, Llovió del cielo fuego y azufre, y los Destruyó a todos. 30 Así Será en el Día en que se manifieste el Hijo del Hombre.”
Algunos propietarios de un panfleto amarillista unido a un periódico mediocre, creyeron ser los dueños de la información y de las mismas conciencias. Esos con mañas y artimañas cancerosas, escribieron frases mentirosas que adoctrinaron al manso pueblo. Ahora las mismas adornan los salones y las fiestas de los descarriados que robando con avisos publicitarios y clasificados, llenan sus panzas de aceite caliente que indigesta la sana costumbre. Escriben narrativas llenas de odio, miedo, azufre y muerte. Creen que con sus calumnias y falsas letras, estan dejando huella histórica transparente. En su momento caerán como mangos maduros que habitan en la selva infecunda. Como el Nazareno muchos humanos varones y mujeres han entendido la misión que les corresponde en el planeta tierra a donde llegaron los desalmados monstruos.
Leamos aquello que escribe Lucas 4: “16 Fue a Nazaret, donde se Había criado, y conforme a su costumbre, el Día Sábado Entró en la sinagoga, y se Levantó para leer. 17 Se le Entregó el rollo del profeta Isaías; y cuando Abrió el rollo, Encontró el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor Está sobre Mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos 19 y para proclamar el año agradable del Señor. 20 Después de enrollar el libro y devolverlo al ayudante, se Sentó. Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Entonces Comenzó a decirles: --Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros Oídos.”
Los traumas, lagrimas y tristezas, continúan vagando solitarias por el sendero de los montes, valles y montañas en los cuatro puntos cardinales del pedazo de suelo de la disputa. Todos los humanos del territorio moribundo, creen estar actuando por el mejor de los carriles que al cielo conduce y todos y todas están equivocados. Los ángeles de Dios se han retirado del aire y del espacio que un día fue bello antes de estrenarse. Los jóvenes intrépidos dicen que sólo es un video como película lo que están viviendo y que un día no muy lejano, el Dios de la luz visitará de nuevo las autopistas y sus casas. Los hombres que habitan sobre las montañas dicen que “no hay con quien ni con que hacer un remedio para curar la enfermedad social que está clavada en las extrañas, mentes y corazones.” Hay ceguera en los cuerpos y los oídos han paralizado las consignas. Las cabezas se han quedado sin el intelecto y nadie es capaz de romper el hielo del desorden. Algunos optimistas lanzan nuevas propuestas para que florezcan arrayanes como enredaderas en los próximos 500 años sobre las sabanas. Mientras tanto el espíritu de Jorge Eliécer sigue batallando en la contienda. Los manzanos de la huerta casera están de pie esperando un nuevo rocío que les ayude en su fructífero resplandecer. Los verdes sauces por donde pasaron las voces huracanadas del luchador no han dejado de mecer sus ramas y se prestan para ayudar a quienes harán el cambio sin necesitar de nada. Los cayenos con sus rojas flores abren cada mañana sus pétalos perfumados para que no se pierda la esperanza de quienes esperan una nueva jornada.
El atardecer sigue intacto como espectáculo de hierro fundido y acero mezclado con níquel para que el Sol no se retire a otra frontera. Todos y todas deben regresar a la misma tierra para derribar el obstáculo mortífero. Conozcamos lo que dice Ruth 1: “7 Salió con sus dos nueras del lugar donde estaba, y emprendieron el camino para regresar a la tierra de Judá. 8 Entonces Noemí dijo a sus dos nueras: --Id y volveos, cada una a la casa de su madre. Que Jehovah haga misericordia con vosotras, como la habéis hecho vosotras con los difuntos y conmigo. 9 Jehovah os conceda hallar descanso, cada una en la casa de su marido. Luego las Besó, y ellas alzaron su voz y lloraron. 10 Y le dijeron: --Ciertamente nosotras volveremos contigo a tu pueblo. 11 Y Noemí Respondió: --Volveos, hijas Mías. ¿Para qué habéis de venir conmigo? ¿Acaso tengo Más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? 12 Volveos, hijas Mías, idos; porque yo ya soy demasiado vieja para tener marido. Aunque dijera que tengo esperanza, y si esta noche yo tuviera marido y aun diese a luz hijos, 13 ¿Esperaríais vosotras hasta que crecieran? ¿Habríais de quedaros sin casar por causa de ellos? No, hijas Mías, mi amargura es mayor que la vuestra, porque la mano de Jehovah se ha levantado contra Mí. 14 Entonces ellas, alzando su voz, lloraron otra vez. Luego Orfa Besó a su suegra, pero Rut se Quedó con ella. 15 Noemí le dijo: --He Aquí, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses. Vuélvete Tú tras ella. 16 Pero Rut Respondió: --No me ruegues que te deje y que me aparte de ti; porque a dondequiera que Tú vayas, yo iré; y dondequiera que Tú vivas, yo viviré. Tu pueblo Será mi pueblo, y tu Dios Será mi Dios. 17 Donde Tú mueras, yo moriré; y Allí seré sepultada. Así me haga Jehovah y aun me añada, que Sólo la muerte Hará Separación entre Tú y yo. 18 Viendo Noemí que Rut estaba tan resuelta a ir con ella, no le dijo nada Más.”
Han llegado voces con armaduras de cristales que proclaman que una dama será quien sembrará de fragancia el mismo suelo y ella dará una lección sencilla para gobernar de nuevo. Jinetes sobre caballos montañeros de la estepa se preparan para saltar el muro que construyeron los enemigos de la vida y que están lesionando la justicia social con sus penumbras. Grupos humanos entrarán a las ciudades con nuevos sueños y golpearan con risas y cantos a la muerte. Los sicarios y asesinos serán perdonados pero deberán ser apartados de las urbes para que purguen sus delitos y sus penas en los desiertos entre muros. Volverán a nacer niños puros y niñas desintoxicadas de barbaries. Las ratas vivas deben volver con sus crías a sus regiones. La tierra se debe repartir entre los pobres y desplazados con sus riquezas. Aquellos que se apoderaron de los terrenos y de las mismas algarabías, se les debe desapropiar cada lote, cultivo o ganado usurpado. Los espíritus valientes deben regresar sin miedo a la nación de las contradicciones sin miseria.
Jesucristo expresó así en Lucas 17: “1 Dijo a sus Discípulos: --Es imposible que no vengan tropiezos; pero, ¡ay de aquel que los ocasione! 2 Mejor le fuera que se le atase una piedra de molino al cuello y que fuese lanzado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. 3 Mirad por vosotros mismos: Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, Perdónale. 4 Si siete veces al Día peca contra ti, y siete veces al Día vuelve a ti diciendo: "Me arrepiento", Perdónale. 5 Los Apóstoles dijeron al Señor: --Auméntanos la fe. 6 Entonces el Señor dijo: --Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, Diríais a este Sicómoro: "¡Desarráigate y Plántate en el mar!" Y el árbol os Obedecería. 7 ¿Y quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta, al volver éste del campo, le Dirá: "Pasa, siéntate a la mesa"? 8 Más bien, le Dirá: "Prepara para que yo cene. Cíñete y Sírveme hasta que yo haya comido y bebido. Después de eso, come y bebe Tú." 9 ¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le Había sido mandado? 10 Así también vosotros, cuando Hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: "Siervos Inútiles somos; porque Sólo hicimos lo que Debíamos hacer."