Desde infante Dios me regaló el don de visión y sabiduría que he usado con sencillez y humildad. Hoy recuerdo muchos hechos, sucesos e insucesos que se enfrentaban a la realidad vivida por los creyentes de la época. En la escuela primaria y habiendo cerrado los ojos durante 15 minutos mientras la clase estaba en marcha en 1964, me llegó una escena aterradora. Presencie que una bala asesinaba a uno de los profesores de la entidad al lado de una marcha o protesta. Narré en público la misma y expresé preocupación por aquello que iba a suceder. Nadie creyó. Le dije al maestro que no fuera a la manifestación. El viernes finalizando la semana la Policía del gobierno disparó sus armas matando con una bala de fusil al educador de 40 años de edad y 17 de servicio a la educación. Las directivas de la escuela recomendaron a mis progenitores que debía abandonar la institución. En 1965 cuando cumplí los 10 años de edad observe sin cerrar los ojos que la refinería de la ciudad se incendiaba. Pude reconocer a los hombres que hacían el atentado. Eran los mismos directivos de la empresa que organizaron el horrible montaje. Una semana después y frente a una propuesta de los trabajadores y obreros, los tanques de almacenamiento del combustible y una de las plantas prendieron en llamas. De antemano sabía que los hombres de seguridad de la compañía apagarían el incendio y que los culpables y cómplices dirían como así sucedió que el hecho era responsabilidad de los trabajadores.
Leamos lo que dice 1 Corintios 12: “1 Pero no quiero que ignoréis, hermanos, acerca de los dones espirituales. 2 Sabéis que cuando erais gentiles, ibais como erais arrastrados, tras los ídolos mudos. 3 Por eso os hago saber que nadie, hablando por el Espíritu de Dios, dice: "Anatema sea Jesús." Tampoco nadie puede decir: "Jesús es el Señor", sino por el Espíritu Santo. 4 Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el Espíritu es el mismo. 5 Hay también diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6 También hay diversidad de actividades, pero el mismo Dios es el que realiza todas las cosas en todos. 7 Pero a cada cual le es dada la Manifestación del Espíritu para provecho mutuo. 8 Porque a uno se le da palabra de Sabiduría por medio del Espíritu; pero a otro, palabra de conocimiento Según el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por un solo Espíritu; 10 a otro, el hacer milagros; a otro, Profecía; a otro, discernimiento de Espíritus; a otro, géneros de lenguas; y a otro, Interpretación de lenguas. 11 Pero todas estas cosas las realiza el único y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él designa. 12 Porque de la manera que el cuerpo es uno solo y tiene muchos miembros, y que todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, son un solo cuerpo, Así también es Cristo.”
A la edad de 13 años (1966), le dije a mis padres biológicos del accidente de una de mis hermanas de sangre. Ellos por supuesto no creyeron. Usaron la estrategia del miedo para castigarme. Mi amada hermanita estaba a 500 kilómetros de distancia y se había ido a pasar unas vacaciones con otra hermana menor a ella. Vi como un tracto mula [camión de más de 32 ruedas], atropellaba el cuerpo mientras ella iba en una bicicleta. Mis padres afirmaron que ella no sabia conducir ese tipo de vehículo y que eso era imposible. Dos días después de narrar el hecho, el trágico accidente se presentó y mis padres aterrados me preguntaron: ¿Muere su hermana en el sueño o visión que usted tuvo? Les dije ella se recuperara muy pronto en un inmenso hospital. Uno de los facultativos se enamorará de ella al final. Nunca este mortal terrícola humano había ido a esa ciudad y no conocía del lugar. Lo visto en la visión original se cumplió tal y como se había revelado. Cada día tenía nuevas visiones. Muchas de ellas las guarde en mi corazón. Encontraba a quienes estaban dentro de mis visiones algunos peligrosos personajes humanos y algunos demonios. Si les narraba aquello que iba a suceder, algunos de ellos se convertirían en mis enemigos y sus errores ponían en riesgo mí sobre vivencia. Nací en una nación en donde la mentira es parte de la cultura al igual que la calumnia. Tuve que guardar silencio a muchos hechos visionarios por evitar que me llamaran mentiroso. Aún guardo prudencia. En 1 Corintios 13 nos dice: “1 Si yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor, vengo a ser como bronce que resuena o un Címbalo que retiñe. 2 Si tengo Profecía y entiendo todos los misterios y todo conocimiento; y si tengo toda la fe, de tal manera que traslade los montes, pero no tengo amor, nada soy. 3 Si reparto todos mis bienes, y si entrego mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve. 4 El amor tiene paciencia y es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante. 5 No es indecoroso, ni busca lo suyo propio. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. 6 No se goza de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser. Pero las Profecías se Acabarán, Cesarán las lenguas, y se Acabará el conocimiento. 9 Porque conocemos Sólo en parte y en parte profetizamos; 10 pero cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte Será abolido.
A 1.000 kilómetros de distancia de un lugar a otro conocí de la muerte de Doña Margarita. Presencie en 1978, que ella moría de un ataque al corazón y que su cuerpo estaba sobre el piso de la habitación donde sola y sin familia vivía. Llame a las autoridades de la ciudad del suceso y les narre el hecho. Su cuerpo fue encontrado tal y como lo había visto en esa visión. Me unía a ella un gran aprecio y estimación. Ella me cuidó en mi etapa pubertina. En 1986 Dios me revelo que una hermosa chica asesorada por su amante, estaba embarazada y tenía en mente abortar la criatura. El Espíritu de Dios me hizo saber que si ella abortaba iba a morir. Busque a la joven dama (era modelo de pasarela), y me puse en contacto con ella. Le dije que no lo hiciera porque no sólo cometía pecado al asesinar al bebé sino que iba a morir en la camilla del medico asesino. Le recomendé traerlo con amor al mundo terrícola y que le buscaría una mujer como madre sustituta. Ella no me hizo caso y se sometió a una cruel sonda expulsatoria. Durante tres largas horas (dijo la prensa), tubo derrame de sangre y murió al caer la tarde de un día muy frío. Cada vez que oraba y ayunaba, la visión y la solución me llegaban con más fuerza de las alturas. También hubo una época en donde mi mente estuvo alejada de esas experiencias que llegan del cielo de Dios.
Los cristianos gnósticos de una pequeña ciudad, me habían enseñado en mi adolescencia a reconocer y saber cuando era un sueño y cuando estaba en la realidad. El ejercicio aprendido con ellos lo practiqué muchas veces diariamente sin saber que era en si el movimiento gnóstico. De ellos aprendí la clave para hacer la diferencia entre soñar y sentir o estar dentro del suceso real. Con el don especial que Dios me regaló pude ayudar a mucha gente en mi país de origen durante más de 30 largos años. Un número no tan grande de personas de algunas naciones colindantes también se beneficiaron. Encontré con la ayuda de Dios y de sus Ángeles: Secuestrados, desaparecidos, muertos, cadáveres, fosas comunes, detenidos en cárceles extranjeras, infidelidades, detenidos en cárceles nacionales, robos, objetos robados, personas ausentes, escapes amorosos y otros menesteres. Las familias y personas individuales me buscaban para que usara el don en su beneficio. Inclusive ayudé a individuos representantes de la autoridad militar y gubernamental. La gran mayoría fue mezquina y miserable con quien escribe. Los campesinos y algunos de los hijos e hijas de Dios fueron muy agradecidos y generosos. Varios (por no decir la mayoría), ni las gracias presentaron. Una vez el cristiano resuelve su problema o situación, se olvida del protagonista y por supuesto que de Dios. Sólo buscamos a Dios cuando estamos en peligro de muerte o en pobreza absoluta. Sin embrago siempre siento paz al apoyar y solucionar el sufrimiento del mortal humano terrícola de mi especie de acuerdo a mi capacidad y talento. También en la Iglesia he ayudado a muchos a encontrar el camino. Han resultado luego de conseguir sus objetivos como si fueran enemigos. “Críe cuervos y te sacaran los ojos.”
También he usado el don miles de veces para trabajar la medicina de las plantas. Los ángeles de Dios me han regalado recetas medicinales y fórmulas preparadas con plantas y flores, para sanar dolencias, heridas, cicatrices, traumas y enfermedades. Algunas postizas. Han sido incontables el número de personas que con las formulas de las plantas y las recetas recibieron de nuevo recuperación en su salud. Hace 7 años que guardo silencio y le deje el trabajo a los médicos. No todos pueden sanar enfermedades aunque tengan sus títulos o diplomas. De vez en cuando al recibir la información la doy a conocer a una persona con la que a veces hablo ocasionalmente. Ahora a distancia uso la oración para ayudar a quien lo solicite y discretamente le digo lo que va a suceder. Hay momentos y con ciertas personas mi don no funciona. No se la razón exacta ni el ¿Porqué? Reconozco que el don viene de Dios y que el resultado del mismo es de acuerdo a su santa voluntad. He perdido confianza y fe en algunos de mis hermanos y hermanas todos hijos e hijas de Dios pero los sigo amando y cuando me llaman allí acudo con humildad. No todos los seres que vemos vienen de Dios. Leamos lo que dice Mateo 7: “6 "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra vosotros y os despedacen. 7 "Pedid, y se os Dará. Buscad y hallaréis. Llamad, y se os Abrirá. 8 Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que llama se le Abrirá. 9 ¿Qué hombre hay entre vosotros que, al hijo que le pide pan, le Dará una piedra? 10 ¿O al que le pide pescado, le Dará una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿Cuánto Más vuestro Padre que Está en los cielos Dará cosas buenas a los que le piden? 12 "Así que, todo lo que Queráis que los hombres hagan por vosotros, Así también haced por ellos, porque esto es la Ley y los Profetas. 13 "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la Perdición, y son muchos los que entran por ella.”