Habían llegado los dos a los 18 años de edad y creían que nunca iban a morir. Entre todos los contactos él fue el único compañero de viaje. Cuando los veían otros y otras se imaginaban que eran hermanos de sangre. El mayor escogió la carrera militar e ingresó como oficial de una fuerza aérea fuera de la nación que los vio nacer. La primera vez que se encontraron tenían 7 años. Fue en la experiencia de escuela elemental en donde se prometieron ayuda eterna. La familia del soldado sostuvo más orgullo que la del compañero. Vivieron todos en medio de racistas, narcisistas y egoístas. La única que no gustaba de montar en bus urbano era la madre de quien se fue en busca de armas y guerra. Ella era una mujer tan alta como isleña palmera y tan vacía como reconstrucción de circunferencia de coco. El poeta anónimo lo dijo en el “Renacimiento”: “creemos estar vivos y al parecer sólo existimos como ilusión”.
Después de 5 largos años se había convertido en uno de los tenientes mas protegidos de la compañía uniformada. Nunca se supo quien derribó su helicóptero ni en que parte del globo quedaron las cenizas de su cuerpo. El aparato locomotor quedó regado como campamento árabe del desierto. Aún su familia busca el reloj costoso y fino que llevaba su muñeca. El tenía planes prolongados y aspiraba llegar a los 100 años cumplidos convertido en tatarabuelo. Murió en un atardecer y no alcanzó a despedirse de su amigo. Algunos comentarios afirmaron que fueron sus mismos compañeros de academia quienes prepararon el estallido de la bomba incendiaria. Todos de alguna manera creemos que nunca vamos a morir y hacemos planes para un futuro incierto. Estamos convencidos que la tierra nos pertenece y que ese pedazo de suelo que conocemos como patria es de nuestra propiedad hasta el infinito. Hasta los padres de familia creen que son propietarios de sus hijos. Las esposas y las mismas amantes se creen dueñas del marido. Ni que hablar de los esposos y amantes. Somos ilusos y nos sentimos eternos e importantes. Esa es una de las mentiras que nos vende la publicidad y el consumismo. El malévolo Carlos V dijo: “Sobre mis dominios jamás se opondrá el sol”. Cuando murió ni sus nefastos compinches fueron al entierro. Tuvo tantas ambiciones que no tuvo tiempo de reunirse con los excelsos hombres. Siempre lo vieron con los malos. Una vez partió al mas allá sus enemigos se apoderaron de sus falsas conquistas. Los más cercanos aún se burlan de sus ideas e inicuos proyectos
Veamos aquello que expresó el hombre de Belén en Lucas 21: “20 Cuando Veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed entonces que ha llegado su Destrucción. 21 Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; los que estén en medio de la ciudad, salgan; y los que estén en los campos, no entren en ella. 22 Porque éstos son Días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que Están escritas. 23 ¡Ay de las que estén encintas y de las que Críen en aquellos Días! Porque Habrá grande calamidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo. 24 Caerán a filo de espada y Serán llevados cautivos a todas las naciones. Jerusalén Será pisoteada por los gentiles hasta que se cumplan los tiempos de los gentiles. 25 Entonces Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas. Y en la tierra Habrá angustia de las naciones por la Confusión ante el rugido del mar y del oleaje. 26 Los hombres se Desmayarán a causa del terror y de la Expectación de las cosas que Sobrevendrán al mundo habitado, porque los poderes de los cielos Serán sacudidos.”
Jesucristo dijo que se iría y a los tres días resucitaría. Nuestra permanencia en la tierra no es eterna. 1 día para Dios son mil años para el hombre. La muerte es una realidad a la que no debemos temer ni añorar pero la que se debe aceptar con limpia conciencia y paz en el alma. Continuemos leyendo a Lucas 21: “27 Entonces Verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube, con poder y gran gloria. 28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, mirad y levantad vuestras cabezas; porque vuestra Redención Está cerca. 29 Y les dijo una Parábola: --Mirad la higuera y todos los árboles. 30 Cuando veis que ya brotan, vosotros entendéis que el verano ya Está cerca. 31 Así también vosotros, cuando Veáis que suceden estas cosas, sabed que el reino de Dios Está cerca. 32 De cierto os digo que no Pasará esta Generación hasta que todo suceda. 33 El cielo y la tierra Pasarán, pero mis palabras no Pasarán. 34 Mirad por vosotros, que vuestros corazones no estén cargados de Glotonería, de embriaguez y de las preocupaciones de esta vida, y que aquel Día venga sobre vosotros de repente como una trampa; 35 porque Vendrá sobre todos los que habitan sobre la superficie de toda la tierra. 36 Velad, pues, en todo tiempo, orando que Tengáis fuerzas para escapar de todas estas cosas que han de suceder, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.”
Compramos carros, casas, fincas y conseguimos muchos amigos pero se nos olvida hacer el bien a quien esta cerca. Llenamos nuestros estómagos de comida mientras el justo pasa hambre y necesidades. Nuestra agenda está llena de citas con reuniones, fiestas y trabajos pero se nos olvida visitar a quien realmente es digno de nuestra presencia. Cuando la muerte llega no se requiere sino que el mortal terrícola humano este vivo. La sonrisa permanente y la misma alegría amortiguarán la partida. No sabemos el día ni la hora pero no debemos acumular tanta basura en la nave que nos llevará de regreso de donde partimos. Vivimos rodeados de lujos y cosas que a veces no utilizamos pero nada de eso nos llevaremos a lo que será nuestra tumba. Todos debemos ser felices con lo poco y con lo mucho debemos ayudar a los otros. Los mismos hombres se han encargado de construir misiles y bombas atómicas y nucleares que pueden reventar en un segundo. Los inventos del ser humano pueden destruir la tierra antes de tiempo. Hay tanta energía negativa suelta y amarrada que el globo terráqueo vibra poco. Estamos destruyendo nuestra casa. Cada vez que un hijo e hija de Dios dispara un arma y lanza un bala al aire o al cuerpo de uno de sus hermanos de viaje, ese pequeño ruido contamina el ecosistema y pone en duda la sobre vivencia del planeta.
Aunque el hombre use su inteligencia desintegrando el arsenal de elementos bélicos, la muerte tocará a nuestra puerta. Nada ni nadie es eterno. Todos debemos estar preparados para partir en alegría. Las cenizas y nuestros huesos tampoco irán a las alturas. Nada se requiere. Sólo las buenas obras que el hombre haya dejado sembradas en cada caminata. La arrogancia de los mentirosos no cabe dentro de la maleta del viaje. La petulancia no sirve de llave para abrir la nueva puerta. Hemos visto el orgullo hasta en los enanitos. Creemos que somos los mejores y que los otros no piensan. Pasamos por encima hasta de la sabiduría para vomitar estiércol y baratijas. Ahora es el tiempo mañana posiblemente será demasiado tarde. Si no hemos podido amar con detalles al otro o a la otra, empiece ahora antes que el sol se apague.