Cuando visitamos el país de los Estados Unidos de México nos sorprendimos al conocer que todos los mortales terrícolas humanos que allí viven y conviven tutean. Quedamos muy aterrados al recorrer varias naciones que conforman el Mar Caribe incluyendo Venezuela y algunos sitios de Centro América y Sur América cercanos a las costas del mar, al saber y entender que allí las personas no solamente tutean sino que no lo saben hacer tergiversando la correcta pronunciación hasta del mínimo sonido. La mayor sorpresa nos la llevamos en Venezuela en donde en forma ordinaria, grosera y chabacana, un Arzobispo representante de la Iglesia Católica Romana Venezolana, comparó la fusión de tres grupos y denominaciones religiosas con la expresión: “Eso es un arroz con mango”.
Aunque humanamente somos iguales y creemos que estamos a la misma distancia y cercanía con el autor de la vida y Padre del amor, cada uno de nosotros es distinto y muy diferente al otro. El libro sagrado afirma que a cada uno de los humanos el Dios de las Alturas le entregó talentos diferentes. Inclusive entre nuestros hermanos menores los animales que erróneamente llamamos irracionales, hay distancias y hábitos distintos para cada especie y raza. Estamos seguros que tutear no es arte pero se requiere aprendizaje y elegancia tanto en la composición de frases y oraciones como en el acercamiento con nuestros hermanos de la misma circunferencia inteligible. Nadie en la tierra debe tutear al prójimo. Quien está cerca de nosotros merece aprecio, bondad, compasión y respeto.
El buen uso de la palabra como la norma de comunicación y desempeño comunicacional del excelso lenguaje, requiere de tino, inteligencia y ritmo en la vibración. Que nadie confunda cristianismo, humanismo y fraternidad con repelencia y ordinariez. El universo fue creado también con esfuerzo y cruce de sonidos. Cada mortal terrícola humano esté en cualquier planeta del universo creado, debe hacer esfuerzos por aprender y elevar cada día su espíritu y su misma evolución. Una de las bases es el mejor uso de la palabra, creciendo cada momento con la pronunciación correcta y elegante del lenguaje cotidiano, que nos ayuda a llegar a la cúspide de la hermandad, al profundizar con sencillez lo agradable que es entender al otro o a quien está cerca. Debemos empezar con situaciones pequeñas como es el arte de saludar.
Los pedófilos, quiénes abusan del sexo y aquellos que tienen disturbios sexuales y desviaciones marcadas en su conducta, usan el manejo tuteado para agarrar con mas facilidad la presa mortal humana, sometiendo a los indefensos, incautos, inocentes y puros, a vejámenes, torturas y depravación. La voz y la misma palabra deben someterse a distancias intangibles en la acción comunicada entre iguales distintos. No nos confundamos: “La mona aunque la vistan de seda mona se queda.” Desde hoy usted debe evitar el tuteo.
La perversión de la acción cívica otrora “Norma de Urbanidad”, fue introducida al mundo de la comunicación, por un grupo humano político, que pensaron equivocadamente en el pasado reciente, que todos los humanos habían llegado al mundo con la misma vibración de talento. Lamentablemente ellos confundieron religiosidad y espiritualidad y las enfrentaron con las normas de conducta y urbanidad. La iniciación se dio en castas que entre ellos y en sí, no sólo creyeron ser personas religiosas sino que registraron organizaciones religiosas ante varios gobiernos terrenales y dentro de grupos religiosos que se conocen como congregaciones. Hubo un grupo especial que se sintió importante porque trabajaba con obreros y trabajadores. Creyeron que al acercarse a quienes producen bienestar y rendimiento laboral, con esa sola acción habían ganado el cielo de Dios. Los ‘superiores’ en rango, lanzaron formas comunicacionales para cambiar el lenguaje de saludo entre las hermandades. El lenguaje comunicacional empezó a tejer errores desde el siglo XIX. Al llamar a cada cual por su nombre y con el fin de buscar estrategias de cercanía con el interlocutor, maltrataron la palabra, voluntad y el resultado de la comprensión del lenguaje.
Algunos países con proyectos educativos y sociales, han retirado las normas de saludo, civismo y urbanidad entre los grupos humanos, para hacer creer que todos gozan de bienestar y que hay igualdad entre los unos y los otros. Sin embargo allí mismo la distancia entre pobres y ricos es abismal para no hacer comparaciones baratas, entre quienes llevan un proceso de enseñanza aprendizaje con quien ignora las aulas de clase. No todos viven de la misma manera. Hasta los súper mercados llevan intrínseca una marca para que los pobres y diferentes no ingresen. Los desarrapados y desarropados siempre buscan las mercancías en tiendas en donde los productos y la ropa es de segunda y tercera mano y/o han tenido uso por otros humanos. Los llaman de segunda mano. En el mismo sitio se escucha decir equivocadamente: “Aquí todos somos iguales.” Es una de las mentiras como verdad, que se han introducido como sofisma de distracción para que los varones y mujeres no protesten y jamás conozcan sus derechos y deberes.
Debemos regresar a usar las normas de respeto, civismo y urbanidad, para detener la catástrofe comunicacional y degenerativa social que se aproxima. Los jóvenes siempre deben guardar distancias agradables de los viejos. Los ancianos siempre deben guardar distancias posibles de los jóvenes. Así usted vaya a la universidad y consiga con esfuerzo un título de esos que se ponen en las paredes de las viviendas, jamás alcanzará a quien va adelante y/o a ese que lleva dentro de su espíritu la experiencia mejor de vida. Sin caer en exageraciones y/o fanatismo, hay ciertas barreras humanas que sólo se rompen con buenos modales y con una sana y limpia comunicación en la palabra y gesto.
Los empresarios, industriales y comerciantes han querido introducir al pensamiento humano, formas antihumanas para desacreditar al obrero y/o campesino. Los ciudadanos de algunas capitales creen que ellos piensan mejor que sus connacionales que viven en las zonas rurales. El orgullo y vanidad de los unos se ha querido montar sobre los otros para manipular y explotar cada talento. La sociedad moderna es abusiva. El mundo actual está más equivocado que la sociedad del siglo I. Si quienes piensan ser “civilizados” creen que son superiores a los de su misma especie, esos deben empezar de nuevo la ruta del aprendizaje. Usted se puede especializar en un campo técnico y/o intelectual pero no llega mas lejos que aquel que no tiene oportunidades. Hay contradicción porque aún no hemos abierto nuestra mente. Esta cerrada nuestra cabeza y los sesos humanos no se están usando en su totalidad. El hombre es un desastre y camina rumbo a su misma extinción y destrucción.
En la ciudad de Hollywood, California, Estados Unidos, tuvimos una experiencia maravillosa al pisar las ‘estrellas’ que están puestas a semejanza de un baldosín sobre el piso de una avenida cualquiera. En línea semirrecta quien se ideo la propaganda, las colocó de cierta manera que parecen pequeñas vitrinas de aquellas plazas de mercado del siglo XIII de los remiendos. Algunas están torcidas como baratija en ‘mercado de pulgas’. Cada supuesta estrella rinde ‘homenaje’ al talento del artista. Todos los turistas y citadinos las pisan como si se tratara de un amuleto de “buena suerte” o naipes de adivinos. Varios transeúntes pasan por encima de ellas en forma inadvertida porque no es algo de otro mundo y no causa ninguna sorpresa de ultratumba.
El cine y los medios comerciales de comunicación con sus mediocres periodistas de lo fantasioso y amarillismo, han hecho creer que los artistas de cine, radio y televisión son seres superiores a otros profesionales. Se creen de mejor familia y poseedores de sangre real de ángeles. Locutores de programas radiales y presentadores de espacios televisivos, creen ser de una especie indestructible de los otros mortales terrícolas humanos. “Las pobres que ni candonga usan y nunca lucen.’ Sus apariciones en la pantalla chica y grande producen tristeza, melancolía y compasión. Ellos han creado un lenguaje exclusivo para sus ‘fans’ como llaman a sus seguidores. Algo muy parecido sucede con un deporte en donde los hombre usan los pies pero jamás la cabeza. El pensamiento es desconocido para algunos aunque de la misma raza humana. Con baratijas y amorfidades creen que están por encima de la verdad y que el mundo les debe rendir pleitesía o reverencia. Algo similar pasa con algunos jerarcas de iglesias o con las mismas personas que han creído ser religiosas o que dicen haber sentido un llamado especial del Dios de las Alturas. Comúnmente les decimos clérigos.
Que equivocados estamos todos. Al parecer gozamos juntos dentro del mismo error. El respeto y la norma son iguales para todos y todas. Aunque usted camine diferente y luzca esbelta y/o esbelto por creer estar a la moda, jamás llevará a la tumba su terquedad y atraso. La morada del muerto no sabe quien ingresa a ella. La tierra nos descompone a todos en la misma frecuencia, manera y tiempo aunque algunos cadáveres se convierten en momias. El universo es majestuoso. Los humanos somos más pequeños que las cabezas de las hormigas. Un salmo Dice: “Nos hiciste inferior a los Ángeles.” Jesús de Nazaret lo dijo de una manera mas diplomática: “Si quieres ser el primero debe servirle a los demás.”
La ropa y el atuendo que usan los mortales terrícolas humanos también contradicen la sana costumbre. La pantalla chica ha pervertido con más naturalidad los buenos modales. Ancianas presentadoras de televisión quieren aparecer como quinceañeras. No tengamos miedo de nuestra propia edad. Las mujeres cometen más atropellos con sus años y niegan con frecuencia los lustros aunque muestre su piel sus propias arrugas. La edad no debe importar cuando de respeto se trata. Todos y todas merecemos respeto pero ninguno debe seguir cometiendo errores de infante. El vestido debe estar de acuerdo a la edad. Varones y mujeres deben empezar de nuevo a respetar a los grupos sociales usando ropa en forma decente. Los desfiles modernos han pervertido la sana palabra. Quieren aparecer dentro de un carnaval fiestero y se ven como si estuvieran dentro de un antro de prostitución y muerte. Quieren desnudando el dorso mostrar curvas que no poseen. Piensan que lanzan belleza a los ojos del mundo y no se ve lo exquisito. Caderas que no pasan la prueba. Glúteos que hacen groserías con sus movimientos de cantina de medio pelo.
Hasta en las cantinas hay exigencias. Lo pulcro siempre es prudente. Lo vulgar debe desaparecer sin perder la creatividad y el mismo arte. Exigimos respeto a nuestras preferencias pero cuando salimos a las calles atropellamos las preferencias de otros y otras. A veces sin salir a las avenidas. Si usted quiere respeto debe empezar respetando el espacio de otros y otras. Dios nos hizo desnudos es cierto pero nos dio talento para confeccionar el traje y otros ropajes. Los jóvenes y niños se deben vestir con formas que no inciten ala depravación y libertinaje. La moda es palabra y mal empleada tergiversa la comunicación. Si usted como varón aparece con atuendos femeninos no se altere si un varón en la calle le lanza un piropo. La palabra es de naturaleza invisible. Los ojos son una muleta de apoyo en la inspiración hablada. Aunque también existen poetas ciegos la inspiración sólo la entrega el talento.
Leamos aquello que reza en el Capítulo 4 de 1 de Pedro: “1 Puesto que Cristo ha padecido en la carne, armaos también vosotros con la misma actitud. Porque el que ha padecido en la carne ha roto con el pecado, 2 para vivir el tiempo que le queda en la carne, no en las pasiones de los hombres, sino en la voluntad de Dios. 3 Porque ya es suficiente el haber hecho en el tiempo pasado los deseos de los gentiles, habiendo andado en sensualidad, en bajas pasiones, en borracheras, en Orgías, en banqueteos y en abominables Idolatrías. 4 A ellos les parece cosa extraña que vosotros ya no Corráis con ellos en el mismo desenfreno de Disolución, y por eso os ultrajan. 5 Ellos Darán cuenta a quien ha de juzgar a los vivos y a los muertos. 6 Porque por esto ha sido anunciado el evangelio aun a los muertos, para que sean juzgados en la carne como los hombres, pero vivan en Espíritu Según Dios. 7 El fin de todas las cosas se ha acercado. Sed, pues, prudentes y sobrios en la Oración. 8 Sobre todo, tened entre vosotros un ferviente amor, porque el amor cubre una multitud de pecados. 9 Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. 10 Cada uno ponga al servicio de los Demás el don que ha recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 11 Si alguien habla, hable conforme a las palabras de Dios. Si alguien presta servicio, sirva conforme al poder que Dios le da, para que en todas las cosas Dios sea glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén. 12 Amados, no os Sorprendáis por el fuego que arde entre vosotros para poneros a prueba, como si os aconteciera cosa extraña. 13 Antes bien, gozaos a medida que Participáis de las aflicciones de Cristo, para que también en la Revelación de su gloria os gocéis con regocijo. 14 Cuando sois injuriados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. 15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o Ladrón, o malhechor, o por entrometerse en asuntos ajenos. 16 Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence; Más bien, glorifique a Dios en este nombre. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios. Y si primero comienza por nosotros, ¿Cómo Será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y si el justo con dificultad se salva, ¿en qué Irá a parar el Impío y pecador? 19 Por eso, los que sufren Según la voluntad de Dios, que encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien.”