“El aleteo
de una esbelta mariposa en Brasil, puede ocasionar una fuerte tormenta en
Canadá. El disparo en Francia de una sola bala dentro de una pequeña pistola ocasionará huracanes, vendavales y tornados incontrolados en Brasil y África”.
¿Cómo será el desorden cósmico atmosférico y que pasará, cuando los misiles, torpedos y bombas salen en masa como si
juegos pirotécnicos infernales adornaran el espacio que antes fue encantado
debajo del firmamento del globo terráqueo?
En marzo,
2011, el mundo fue otra vez testigo de los bombardeos aliados con bombas y
misiles, sobre lugares y poblaciones libias. Los estallidos de los instrumentos
de muerte, asesinaron civiles, masacraron inocentes y dejaron casas, vehículos y edificaciones en la ruina. Al ver las
imágenes de la guerra, producen nauseas los pocos besos. 24 horas después de
los primeros disparos desde los buques anclados en el Mar Mediterráneo, la
tierra sufrió una vez más los desafueros, obligando a los vientos a desviar su
curso. La imprudencia de los humanos mortales terrícolas perversos que hicieron
llorar lágrimas de radiación sobre los montes, se debe parar con amor y sin un
solo disparo de muerte. Como consecuencia a la barbarie, varios tornados
destruyeron casas, enseres, calles y avenidas, en varios puntos de occidente.
Hubo inundaciones en varios Estados de USA, España y Australia. En Canadá, la
nieve se desprendió del firmamento y cayó sobre la Provincia de Ontario, como
si de nuevo hubiera empezado la estación de invierno. Lluvia rara se vio llegar
también sobre países de America del Sur y el Mar Caribe. En Centro América,
hubo amague de huracanes y tsunamis. Pequeños temblores se sintieron en varios puntos del planeta y
en Japón, continuaron las réplicas. En Asia, Rusia y Oceanía, los vientos
lanzaron aromas nauseabundos de muerte y escalofrío. Los pocos montes de
África lloraron la partida de la vida y murieron las aves con sus huevos y
crías. Animales de todas las especies, hoy están enfermos por la maldad de los
humanos vivientes.
En España
hubo un incendio cercano al Mar Mediterráneo por causas desconocidas. Los
habitantes del Sur de Francia se quejaron de dolores en las articulaciones,
ardor en ojos y comezón en orificios de los oídos. La radiación de la pólvora
mezclada con azufre, fósforo y otros apestosos descubrimientos, hará temblar de
miedo y terror en los próximos meses aun hasta a las mismas inertes rocas
destruidas. Los hombres verán después de haber convertido en chatarra los
mismos vehículos que ellos vendieron y que los incautos compraron con el
producto del petróleo, situaciones raras dentro de la tierra. Se seguirán
cayendo del aire las aves muertas. Las playas de los océanos recibirán millones
de peces muertos con la misma facilidad como se desgajan las hojas de los
árboles en otoño. La tierra se sigue destruyendo brutalmente mientras los
dementes autores intelectuales, toman cerveza y vino en otros lugares y antros
nauseabundos. Al final de marzo, 2011, el frio se apoderó de varios espacios de
la tierra y el calor hizo su agosto con nuevas sequias y desiertos allí en
donde antes era vida.
Los témpanos de hielo se desprendieron de los polos como
sin la hecatombe destructiva, se hubiera controlado desde sus hermosos
cristales. Las chispas radiactivas se dispersaron en la atmosfera con ayuda de
vientos. Hubo incendios en varios puntos de la tierra y dentro de los bosques.
Se dispararon los suicidios humanos con tristeza y llanto sobre todo en esas
naciones donde el frio hela los huesos y sentidos de los pacíficos. La tierra
no aguanta más un disparo. Las tres naciones protagonistas que organizaron la
matanza con las otras cómplices del desastre, saben que las bombas y misiles,
destruyen el ecosistema con la misma velocidad y fuerza de la luz. Cada vez que
se usan sobre la faz de la tierra los disparos, el humano viviente se acerca
más a la destrucción de su propia morada.
Los hombres
varones y mujeres son malos. Los incautos aplauden sus aberraciones y desvíos.
Los falsos periodistas sonríen cuando las bocas de los cañones disparan
estiércol de pólvora sobre la vida. Las imágenes que presentan los desviados
medios de comunicación son preparadas en la escena del terror, para que la
noticia aparezca a los ojos de los ignorantes como razón justa a los macabros
disparos. Algunos dicen que creen en un Todopoderoso y sin embargo guardan
silencio de abusos y atropellos. Esos son cómplices de cada asesinato con su
destrucción a cuestas. Los débiles gobernantes de las otras naciones arropados
dentro de una falsa y perversa organización tiemblan de miedo ante los
cobardes y ruines psicópatas. Los ancestros de los mortales terrícolas humanos
de las naciones arrogantes ya habían destruido millones de años atrás, a otros
planetas en donde existía la vida, con lo mismos métodos de muerte y radiación
activa.
Allí donde hoy hay azufre derretido, antes era un cuerpo celeste
paraíso. Aquellos planetas que hoy son inertes fueron fuente de vida y calor.
Los descendientes desobedientes que hoy habitan en la misma tierra con otros
habitantes llegados de otros puntos de universos distintos no han aprendido la
lección para defender la vida. Cada país que ingresó de nuevo al conflicto
programado es culpable del final de la vida en la tierra y de la destrucción
del planeta.
Es cierto
que el mundano y cruel Gadafi, llevaba 42 años apoderado como gobernante de
Libia. Es más cierto que engendró hijos y los puso al frente del país como si
él y su familia, fueran los propietarios del territorio libio. Aun así, no hay
una razón lógica ni suficiente, para seguir destruyendo el planeta con sus
malditos juegos pirotécnicos infernales. Satanás tiene que ser el padre
adoptivo de los desalmados locos que arremeten cada día contra la vida y las
especies vivientes. Lo más vergonzoso, se da después de la necedad de Japón. Un
país pequeño en tamaño y una isla grande radiactiva con muerte.
Japón y otras
naciones con sus plantas nucleares, ayudarán a destruir rápidamente la tierra.
Sus ancestros también destruyeron un planeta en donde ellos se originaron fuera
de esta galaxia. La tierra del ayer de sus antepasados en otra galaxia
diferente fue un joven planeta vivo y lleno de encanto. Cuando los
involucionados cavernícolas, aterrizaron refugiados con sus costales, cajas y
pobreza, la tierra era una manzana perfumada que latía vida en cada uno de sus
poros. Las plantas y armas nucleares no sólo son una vergüenza del humano
moderno, sino que serán las otras armas que ayudarán a destruir la que era
hermosa entre los planetas con vida.
Los pueblos
inteligentes del mundo viviente dentro de la tierra deben unir esfuerzos para
acabar y destruir la arrogancia de los necios, con métodos pacíficos
inteligentes, con estrategias de meditación y acción de cambio. Ahora es hora
de emplear la protesta silenciosa con gritos de quietud y reflexión sobre los
andenes. Los pueblos del mundo tienen derecho a no obedecer más a quienes dan
la orden de apretar gatillos y disparos. Nadie debe comprar productos
fabricados en las naciones destructoras. Todos a boicotear las compras provenientes de los perversos. Nadie debe
viajar a las naciones que lanzan bombas y misiles sobre el firmamento creado.
Esos que aman el estudio, deben retirarse de las universidades que han titulado
a los científicos que confeccionan la muerte con sus nefastos inventos. Ningún
gobierno honesto del planeta debe comprar armas y menos instalar plantas y
centrales nucleares. Llegó la hora de retirar aun a los soldaditos de plomo de
las colecciones artísticas y hasta los carros, helicópteros y aviones de
juguete que llevan el símbolo de la guerra y muerte.
Todos los
televisores y radios del planeta se deben apagar cuando la voz de un perverso
locutor y/o periodista desalmado, informe noticias falsas y arregladas. Un no
rotundo a la televisión y/o radio, debe ser el accionar de los rectos. Nadie se
debe armar y ningún hombre de paz debe disparar un arma. Al paso que va la
tierra, queda poco tiempo viviendo la vida en su seno. Todos los hombres de
buena voluntad existentes y conscientes dentro del planeta azulado deben
experimentar amor fraternal y solidaridad con el otro y otra. Hoy más que nunca
se requiere de una gran dosis de amor antes del final y hecatombe. El amor por
lo menos hará volar a otra dimensión los espíritus de los rectos para no ser
polvo inerte radioactivo. Es hora de decir: ‘Basta’ en calles, parques y
avenidas. Esas serán sopa radiactiva en el ahora cercano.
Cualquier
día y en la hora y/o minuto menos pensado, las plantas nucleares se rebelarán
frente al hombre con sus falsos científicos, traspasarán el corazón y núcleo de
la tierra. Los mortales terrícolas humanos, serán polvo cósmico inerte con sus
descendientes. Las fuentes de energía nuclear pueden estallar con la misma
facilidad que lo hicieron las últimas que vieron aullar la radiación en Rusia y
Japón. Los hombres de paz y quienes aman la vida deben salir a las calles y
plazas a protestar pacíficamente sin perder la esperanza y los sueños de una
recta justicia. Viene apoyo de las estrellas, pero puede ser demasiado tarde. De
la fuente del amor, viajan ángeles para ayudar a quienes deben vivir para
seguir poblando los universos creados. El universo está confundido por las
acciones perversas de los militares que obedecen a los necios. Ráfagas de amor
se verán rodeando la tierra. Puede ser que en el mismo momento de la llegada
del más allá, los ojos humanos sean solo oscuridad radioactiva y no podrán
apreciar la nueva vida.
La irónica
y real situación para quienes dirigen las armas desde sus países arrogantes, se
da al saber que los países protagonistas de la barbarie y destrucción, tienen
problemas sociales graves internos que no han sido capaces de desintegrar.
Lanzan al aire frases que afirman un mejor bienestar para los otros pueblos, Pero ellos ni siquiera son capaces con sus propias cargas y cruces gigantes que
llevan a cuesta. En los próximos días veremos y seremos testigos de
manifestaciones y protestas en varias ciudades del actual mundo terráqueo. Esos
que sonrieron con los aliados, también saldrán sus hijos e hijas a las calles
de las movilizaciones. Los gobernantes saben que hay problemas de justicia con
injusticias en sus territorios. Usan como pretexto la guerra, para tratar de
borrar de las mentes de los ciudadanos, los verdaderos percances de la
desigualdad e injusticia.
Hay hambre, desempleo, abuso, infelicidad, alto
consumo de marihuana y cocaína, humanos adictos al alcohol y tabaco,
desequilibrio emocional de una gran parte de la población, enfermedades
desconocidas, desenfreno sexual en un porcentaje elevado y otros males. Las
casuchas y ranchos de los pobres contrastan infamemente con las mansiones de
unos pocos. Tres o cinco familias gobiernan cada país y el 90% de los
pobladores, viven bajo las garras como esclavos de cada gobernante con
injusticias de muerte y orines radiactivos. Sin nombrar los asesinatos
programados, desapariciones, mafias, desafueros y desajustes.
Al lado de
noticias de guerra, las pantallas de la televisión muestran desfiles de modas y
suntuosidades, para distraer las conciencias de rectos y probos. Las mismas
quedarán derretidas como barro, chatarra y ceniza. Cuando llegó el terremoto de
Chile, Haití y Japón, quienes saboreaban un suculento baile y/o trago, o esos
que disfrutaban un carnaval a orillas del océano sobre la playa con amores a
espalda del bien, fueron barridos del mapa de la existencia. No pudieron salvar
a sus mascotas porque ni amigos tenían dentro de la parranda preparada. Los
hoteles y casa de diversión fueron sepultados con sus arrogantes dentro. Ni
siquiera sonaron las alarmas de los militares para avisarles de la tragedia.
Los barcos y buques anclados en las costas que creyeron suyas, fueron
transportados como juguetes, a esos espacios macabros que quedaron de lo que
antes era una gigante plaza de diversión.
Desintegrar
la guerra es lo mismo que desintegrar las centrales nucleares. Los gobernantes
inteligentes y los líderes sabios deben urgentemente usar los recursos y la
fuerza del humano, para desintegrar las plantas nucleares y las fábricas de
armas, bombas, misiles y vehículos de guerra. Aunque el tiempo esta pasando muy
rápido porque las imprudencias de guerra y los efectos de misiles y bombas
atómicas, hicieron disminuir la vía láctea de la hermosa tierra, aun los
mortales terrícolas humanos pueden detener la destrucción del globo. Todos y
todas como hermanos defendiendo la vida y la paz.
El bienestar debe llegar y no
debe existir un solo rico en el planeta sino todos los varones y mujeres del
mundo deben gozar de bienestar y del deleite de la vida que aún queda como en
el armario de los orgullosos. Que sus manos y dedos jamás disparen un arma. Que
su cuerpo nunca cargue con un fusil de muerte.
Que usted jamás conduzca un
vehículo de muerte. Que ningún hombre de paz repita la macabra escena de
matar. La paz es de cierta manera la manifestación intangible e inteligente de
lo imaginable, que gratis recibió la mente humana del ser pleno y perfecto de
luz, sin trabajarla ni merecerla. Ni siquiera los ancestros de los humanos más
rectos lograron entenderla, porque nunca salieron de la caverna alcalina de oscuridad.
Nota Importante: Tenemos un plan
programado a partir del 1 de agosto, del año 2023 y la última semana del mes de
diciembre 2023, para explicar el grandísimo problema hambrunal
que se acerca
para el planeta a partir del año 2028. Recorreremos con la ayuda de
Dios, cada uno de los países tanto
de América Latina como del Mar Caribe incluyendo las comunidades de
pueblos originarios que habitan la extensa región de la Selva Amazonas
de
Colombia, Brasil, Ecuador y Perú. También estaremos dictando
conferencias al
respecto sobre la Hambruna que viene,
en Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y España. Los grupos
humanos organizados deben prepararse para la hambruna, multiplicar la
información y las estrategias que presentamos para sobrevivir en la
tragedia a otros grupos y en cada país. Si usted quiere patrocinar esta misión y financiar viajes, necesidades personales y
pormenores, agradecemos hacer un aporte económico como donación a la cuenta de
nuestra organización a través de PayPal… Aquí - Dios multiplique su ayuda
y solidaridad. Ténganos en cuenta en sus oraciones y rezos. Amén …
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