En los
últimos años las masacres y asesinatos generados por francotiradores,
psicópatas y terroristas, dentro del territorio nacional de Estados Unidos
apostados en cualquier parte de país, han ocasionado tragedias sociales y más
descomposición humana. Esa miserable costumbre estadounidense y maldita aberración,
en 2018, ha ocasionado la muerte de decenas de estudiantes y profesores dentro
de las escuelas y aulas escolares, repetida por 18 veces en los dos primeros
meses del año. El gobierno estadounidense tiene entre sus leyes el permitir la
compra de armas de cualquier calibre a personas mayores de 18 años libremente, para esto solamente se requiere de una identificación legal
(cedula), y los dólares sonantes en la mano del comprador. Hay complicidad y
responsabilidad del gobierno porque no hay una regulación eficaz y simplemente
cuando se presenta la hecatombe con asesinatos y lágrimas, los “investigadores”
dicen a los medios de comunicación que el asesino tenía (o tiene), problemas
mentales y/o que está bajo un tratamiento psiquiátrico. Sin embargo, la tienda
vendedora del arma material del fatídico hecho nunca cuestiona la calidad
mental y el equilibrio emocional de sus clientes porque está en fuego el aumento
de la riqueza del propietario del negocio. Las ganancias que ocasiona la venta
de millones de armas diarias con sus municiones se incrementan cada día y suben
los precios cada hora. Un ciudadano pobre o una persona sin recursos económicos,
jamás podrá adquirir ni siquiera la “bala madre” que en si es la de menor
precio o más barata.
Por lo
general la policía que es experta en matar y en disparar con licencia, a veces
sin pensar quien cae bajo los efectos de sus malditas balas, lanza el proyectil
con odio sobre la humanidad del francotirador(es), que se enfrenta con la ley
siendo asesino como ellos, la sociedad solamente ve salir de la escena, los
cuerpos inertes de los inocentes que estaban allí equivocadamente como carne de
cañón del monstruo asesino. La humanidad entera recuerda permanentemente la
forma cruel y brutal como la policía y el ejército venezolano poco civilizado y
arcaico, disparó sobre los cuerpos y las casas de lo que hoy conocemos como
República Bolivariana de Venezuela los días que se generaron después del
“caracazo”. Entre el 28 de febrero y el 15 de marzo de 1989, el gobierno
venezolano encabezado por el troglodita y brutáceo ciudadano Carlos Andrés
Pérez, éste dio la orden de disparar a soldados y policías sobre la humanidad de
miles de ciudadanos y ciudadanas que hoy con terror recuerdan los familiares y
amigos de las víctimas, para que sirven las balas y las armas. Tendríamos que
nombrar miles de casos donde el autor intelectual y material es el arma de
fuego siempre mortal. Sin embargo, Venezuela dejo una lacra cáncer de hechos
nefastos que hacen los grupos armados sobre poblaciones con hambre y en miseria
por grupos pequeños de delincuentes de cuello blanco que se apoderaron de privilegios,
usurparon oportunidades y hoy esos mismos son los propietarios de las fábricas de armas, vehículos militares para matar y las municiones mortíferas de todos
los calibres con sus gases paralizantes provenientes de mundos infernales
subterráneos.
La mayor
responsabilidad y complicidad (deberían ir a la cárcel), son los miembros
integrantes de la “Asociación Nacional del Rifle” de Estados Unidos, que llenan
sus bolsillos con la venta de las armas porque sus miembros son dueños de
fábricas de armas o de tiendas comerciales donde se vende libremente artículos
para matar con sus respectivas instrucciones y hasta prestan sus espacios para
la práctica de cómo se debe matar y a qué punto del cuerpo hay que apuntar. La
sociedad y las organizaciones civiles no han tomado en serio la
responsabilidad de parar el ilícito. Es hora de salir a protestar en masa a las
calles para que todas y todos los ciudadanos defiendan la vida y en grupo de
millones entre la misma población, digan un no rotundo a este negocio. Ante el
respeto que merece la vida es algo ilícito y es una forma macabra la venta
libre de armas sin control porque seguirán apareciendo psicópatas y terroristas
como arte o deporte que segarán las vidas como si el ser humana fuera de papel
o una marioneta que se deja mover por un titiritero de mala muerte. Los
legisladores y políticos estadounidenses son cómplices de estos asesinatos y
crímenes y ellos son cocientes que se benefician porque reciben también sus
dividendos. A muchos de esos también les llegarán las lágrimas porque a uno de
sus hijos o parientes puede estar en la escena de los siguientes crímenes o en
las próximas horas. Creemos que una nación que prepara asesinos con licencia
para matar y que venden armas y municiones al mejor postor, no es digna de
llamarse civilizada y la ciencia que producen sus científicos podemos afirmar
sin equivocarnos que sólo es vómitos de demonios.
En cada
casa o familia estadounidense, hay una o tres armas con sus municiones y
almacenamiento extra en cada calibre. Algunas familias tienen hasta 30 ó 50 armas y sofisticadamente dicen que “son de
colección”. Todas están listas para disparar con su cargador repleto de balas
de muerte. La población en general se siente segura cuando tiene un arma en sus
manos o en casa. Los investigadores independientes al gobierno se preguntan: ¿A
qué se le teme? Existe una teoría entre las multitudes invisibles que afirman
que los funcionarios y militares estadounidenses son conocedores de una posible
invasión al país de brigadas de extraterrestres (alienígenas), y que es esa la
razón por la cual cada familia debe tener en su casa 1 ó 5 armas con su carga
lista para disparar para una defensa de guerra porque el ejército y la policía
en caso de una invasión sea terrícola o extra terrícola no tiene recursos en
unidades para atender casa por casa, y deber ser los ciudadanos quienes tendrán
que hacer frente en la defensa masiva de su familia. Una segunda teoría o idea
se escucha en las tertulias, al decir que una catástrofe natural a gran escala
se avecina a Estados Unidos, que la misma ocasionara hambre y desorden en las calles para quienes queden vivos y
que la misma población debe alistar un arma para que cuide eso que sirve y que
no fue destruido por el desastre. La tercera teoría es una posible “tercera
guerra mundial” que dejaría en la ruina a Estados Unidos y esto facilitaría una
invasión de militares y policías extranjeros al territorio nacional y que deben
ser los mismos habitantes quienes con buena puntería logren quitar las cabezas
a los ejércitos invasores para que Estados Unidos siga siendo una “nación
soberana y libre”.
México y
Canadá que afortunadamente o por desdicha, hacen frontera con Estados Unidos,
son los dos países que directa o indirectamente, reciben positiva o
negativamente una influencia del 90% de los acontecimientos que se viven dentro
de la nación que los separa. Cualquier evento dentro de Estados Unidos casi que
automáticamente repercute en los países fronterizos con pérdidas o ganancias de acuerdo con la mercancía que se vende a mejor postor. Se cree que la pobreza y
falta de liderazgo de países de Centro América es porque le comieron cuento a la farsa y mentira del “Sueño
Americano” y se volvieron tan soñadores que dejaron de sembrar la tierra y
ahora el hambre y la descomposición social no tienen arreglo porque sus
habitantes perdieron su fuerza y conciencia. Los esclavos que trabajan en
Estados Unidos a sueldo de hambre, por lo general los exporta México y cada
país centroamericano. El tráfico ilegal e ilícito de armas es superior o igual
al narcotráfico. Mientras los carteles de las drogas hacen su agosto con los
habitantes del norte, los carteles de armas lo hacen en septiembre con México y
Centro América. No es una nueva noticia para los naciones suramericanas o
caribeñas que a sus costas lleguen millones de armas ilícitas y las mismas se venden como los helados de las famosas de la “Escuelita de Doña Beatriz” que eran tan deliciosos que
atravesaron la frontera de contrabando. Algunos están convencidos que es más fácil
comprar un arma sofisticada en casa de los amigos que una tortilla mexicana en
un supermercado. “Los amigos que vienen del norte a visitarnos siempre traen un
arma entre sus pertenencias” suelen expresar.
Controlar la
compra y venta de armas libremente dentro de Estados Unidos es muy difícil porque
se hizo costumbre y hace parte de la vida de quienes allí habitan. Sin embargo, las poblaciones deben tomar conciencia que a ciertas costumbres y culturas se
les debe guardar distancia para no caer en vicios de muerte porque lesionan la
convivencia y la libre movilización. Sembrar el terror con fábricas de armas y
tiendas cuesta más a la inversión que fomentar las fábricas de alimentos y electrodomésticos.
Si los ciudadanos no actúan rápido en para parar el negocio de la
guerra jamás verán una tierra en paz y el progreso siempre será farsa y utopía.
La guerra como cultura y costumbre es el bulto que no nos deja ver la luz y que
ha partido a la humanidad en pobres y ricos y es la autora de todas las
injusticias y cada una de las masacres y asesinatos. La guerra con sus autores intelectuales lamentase la destrucción del planeta, pero será tarde porque una
vez la tierra y la vida se convierta en polvo toxico, la nada no producirá nueva
vida porque la radiación de la materia en descomposición por causa de la brutalidad de la humanidad dejara un vacío en la
creación y la raza humana desaparecerá de la faz de la tierra y de los
universos.
Ningún
habitante extraterrestre conocerá al hombre de hoy porque cuando lleguen a la
tierra los extraterrestres humanos de otros planetas y de miles de universos,
no lograran entender que en la tierra que conocemos hoy, hubo alguna vez una
raza humana, porque los vestigios de nosotros hoy serán energía oscura radioactiva mañana. Los más civilizados entenderán que no podrán aterrizar aquí porque hay solo
restos que atemorizan a cualquier nuevo habitante que quiera investigar eso
que paso hoy aquí. Produce tristeza saber que mientras los gobiernos invierten
dinero para buscar vida en otro planeta o universo, aquí en la tierra tengan ejércitos
y grupos armados para desparecer eso que mañana podemos necesitar. “No hay
ciego peor que ese que no quiere ver”; No hay sordo más sobresaliente, que ese
que aun con orejas y oídos no desea escuchar”; y no hay “peor cavernícola troglodita
que ese que se siente poderoso con un arma o bajo el cuidado de un ejército”
que también puede ser destruido por un David porque no hay nada seguro de paso por esta
tierra, nadie es eterno y mas temprano que tarde, todo imperio desaparece.
Nota Importante: Tenemos un plan
programado a partir del 1 de agosto, del año 2023 y la última semana del mes de
diciembre 2023, para explicar el grandísimo problema hambrunal
que se acerca
para el planeta a partir del año 2028. Recorreremos con la ayuda de
Dios, cada uno de los países tanto
de América Latina como del Mar Caribe incluyendo las comunidades de
pueblos originarios que habitan la extensa región de la Selva Amazonas
de
Colombia, Brasil, Ecuador y Perú. También estaremos dictando
conferencias al
respecto sobre la Hambruna que viene,
en Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y España. Los grupos
humanos organizados deben prepararse para la hambruna, multiplicar la
información y las estrategias que presentamos para sobrevivir en la
tragedia a otros grupos y en cada país. Si usted quiere patrocinar esta misión y financiar viajes, necesidades personales y
pormenores, agradecemos hacer un aporte económico como donación a la cuenta de
nuestra organización a través de PayPal… Aquí - Dios multiplique su ayuda
y solidaridad. Ténganos en cuenta en sus oraciones y rezos. Amén …
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