Por aquellos planetas en
donde las razas humanas han buscado refugio después de ser expulsadas de cada cuerpo
original de nacimiento en especie y color, sus supuestos líderes antes de salir
han destruido el lugar por el uso de la fuerza bruta y barbarie. Siempre después
de cometer las fechorías salen huyendo como cobardes y canallas en naves
interplanetarias con sus espermas y óvulos. Ellos y ellas no aprenden dentro
del tiempo la lección de amor y paz. El hombre ha vivido en varios puntos del
universo como asilado político y extraño en nuevos suelos. Luego de
aprovecharse de recursos y riquezas, deja el sitio convertido en infierno y
azufre. La tierra hace millones de años recibió a las especies y razas humanas
que llegaron hambrientas y desarropadas al paraíso terrenal desde varios
planetas de diferentes universos y galaxias. Hoy lo han convertido en estiércol
y zona de guerra. Los imperios nacieron fuera de esta galaxia conocida para
hacer sentir una supremacía utópica e imaginaria. Al paso del tiempo ningún
planeta querrá albergar humanos por miedo a invasiones de mentes desviadas y
pervertidas.
La raza negra vivía antes en el globo terráqueo en proceso de
evolución, las otras especies llegaron y transformaron el planeta en desierto y
azufre. El ciudadano Barack Hussein Obama, representante de la raza negra
(propietaria del planeta tierra), también cayó en mentes y manos perversas con
herencia de sangre putrefacta. La raza africana lleva siglos aprendiendo a
matar y a destruir bajo el látigo y perversidad de la raza blanca. Hoy Obama es
mal ejemplo y pésimo ejemplar para la especie pacifica que era su esencia. El igualó
en maldad a las razas blanca, roja, marrón, amarilla, azulosa, verde y gris. La
tierra era el último planeta con vida dentro del séptimo universo. Una vez se
destruya por los efectos de la guerra y radioactividad, la esencia humana
dejara de existir. Lamentable es el no lograr avanzar en locomoción, movimiento
y conciencia.
La oportunidad de vivir en paz y armonía no existirá jamás. Las
conciencias vagaran dentro del éter cósmico hasta que un punto verde en otro
universo los deje ingresar a nuevos cuerpos condicionados a ser vegetales,
minerales o cuadrúpedos, y empezará la reingeniería humana. No habrá un ser
superior que les ayude en el aterrizaje porque ya serán basura y deshecho. La
desconfianza en el hombre será total y cero tolerancias en el planeta que los
albergue. Volverán a ser esclavos y sirvientes de mentes avanzadas que han
logrado escalar la paz y el conocimiento. Todos y todas perderán la capacidad de
pensar y soñar. Una vez destruida su esencia los sentidos pasaran a ser
elementos obedientes a instintos y ritmos.
A través de la historia los
imperios de los mortales terrícolas humanos han demostrado tener cierto
parecido con las palabras: “nacen, crecen, se multiplican y mueren”. Algunas
palabras resucitan con otra connotación, pero tienen luego en si un nuevo uso y
significado. Otras palabras desaparecen sin justa razón ni causa, no se vuelven
a usar y nunca más recordar. El ‘Antiguo Testamento’ narra como el imperio de
la “Gran Babilonia”, tuvo un final muy triste e insólito. Lo profetizó Jeremías
antes de su destrucción y caída: “Anuncien esto, denlo a conocer entre las
naciones. Levanten la señal de anuncio, no oculten nada. Digan: ¡Babilonia fue
tomada! ¡El dios Bel quedo en ridículo, el dios Marduk está lleno de terror!
Sus ídolos son falsos dioses, quedaron en ridículo y llenos de terror. Porque
del norte avanza contra ella una nación que convertirá su país en un desierto.
Nadie ni hombres ni animales volverá a vivir allí, pues todos se irán huyendo” (Jeremías
50; 1-3).
Así sucedió. Los gigantes muros que habían construido sus gobernantes
y habitantes fueron convertidos en polvo y ceniza. Allí aun huele a azufre.
Las injusticias, masacres, asesinatos y vejámenes, cometidos en ese singular
territorio, tuvo su final y ni el poder militar pudo detener su destrucción.
Los antropólogos e investigadores de hoy tratan de encontrar vestigios de sus
ruinas. Al parecer hay algunas muestras de su existencia a más de 170 metros de
profundidad debajo del suelo. Un grupo humano de tribus nómadas también
acostumbrado a invadir, matar, destruir y robar, se encargó de tal hecho. Esos
también habían inventado su dios y creyeron ser de mejor raza, estirpe y
sangre. Ese otro espécimen humano fue tan terrorista que masacraban a niños,
niñas, mujeres y ancianos. El dios de ellos igual o peor que al de los
babilonios, le decía al oído ‘maten y saqueen sus tesoros’. “Para mordedura de
perra, pelos de la misma perra”. Se creían invisibles y no llegaron al Siglo I
(de nuestra era). Un solo varón los enfrento con 12 desarropados sin disparar
una sola lanza y los venció. Desde entonces lloran y se lamentan sus
descendientes recostados en una muralla inexistente. Los humanos oyen decir:
“Somos un pueblo escogido”. Es una falacia y ellos saben que no volverán a
nacer de nuevo una vez sean destruidos en su esencia.
El imperio Romano es
otro ejemplo que ha pasado a la historia así algunos quieran imitarlo y seguir
sus terroríficas constituciones y códigos de muerte. Fueron muy poderosos sus
gobernantes, aprendieron a matar y a robar, antes de invadir naciones cercanas
y lejanas. Sus ejércitos eran crueles, sanguinarios y despiadados. Les
encantaba injerir, cambiar la cultura de las otras naciones, violar a quien se
encontrara en el camino y saquear. Se creían inteligentes y únicos porque
“pavimentaban” caminos y carreteras con ladrillos. Sus dirigentes eran
psicópatas, pervertidos y degenerados. Todos aquellos que pasaron por la silla real
romana eran muy parecidos, iguales o peores a un tal “Calígula” que la historia
nombra con asco y vomito. Aquello que no podían usurpar lo quemaban y destruían.
Eran víboras y matones muy semejantes a los ejércitos hebreos que pasaban “al
filo de cuchilla y lanza”. El país que no se sometía al imperio era
desaparecido. Aun hoy hay descendientes de las victimas que lloran las
injusticias y crímenes cometidos hace más de 18 siglos. Pero también les llegó su
final, se narra y cuenta. Para ser emperador del Imperio Romano, era necesario que
el candidato tuviera destreza para matar humanos, que se rodeara con facilidad de
senadores demagogos y vagos. Los senadores se la pasaban disfrutando de su glotonería
con perversiones sueltas y desenfrenos de todo tipo. Los jóvenes varones de la
época romana huían de los senadores. A los bellos los devoraban con sus
desviados apetitos y a las bellas las hacían a la fuerza ‘sus esposas, amantes
y/o reinas’.
Fue tan baja la estirpe
de la época romana, que uno de sus emperadores expidió una ley para que todas
las esposas de los senadores pagaran tributo al “César”, haciendo de damisela y
prostituta pública. Los famosos hombres de la ley romana no sólo aceptaron la
propuesta del pervertido jefe, sino que disfrutaban presenciando las orgias que cometían los varones con las mujeres a
precio de baratija despreciable. Si algún varón o mujer quería sobresalir en
ese tiempo, primero pasaba por las manos sucias, mal olientes de los senadores
y por debajo de sus bajos instintos. Los senadores y sus hijos no iban a la
guerra, solamente tomaban vino y discutían a que nación iban a invadir de nuevo.
Eran parásitos y prostitutos. Si hay algún parecido con la realidad de hoy es
‘sólo coincidencia’. Malditos desde entonces están acostumbrados a robar
privilegios. Ni siquiera los lobos atacan así a sus presas. Los humanos deben
cuidar aun a las culebras porque son ellas más honestas que esos de doble filo
apestoso. Por lo menos las víboras comen, roban y matan dentro de su propio
territorio.
El presupuesto de todos
los imperios que han pasado por la irrisoria historia (aunque la historia no
tiene la culpa), se ha gastado en inversión militar. Las unidades militares y
aquellos que se parecían a las fuerzas de policía moderna, no hacían más sino
prepararse para invadir nuevos territorios y someter a nuevas naciones. Cuidaban
las propiedades de los ricos junto a sus desmanes, mataban a los pobres
campesinos y a quien no se sometiera. Eran de cierta manera bandidos
profesionales que no producían sino muerte y destrucción. El imperio los
vestía, mantenía, alojaba y los armaba. La familia de cada militar era otra
carga para el imperio. Tuvo cierta forma astuta la organización política militar
estatal para manipular la conciencia y ahorrar gastos, recortar la inversión y
economizar la carga financiera. Reclutaban a soldados solteros que no tuvieran
esposa e hijos, y les recomendaban que se hicieran muy amigos de otro soldado y
que con él ‘compartieran todo’. La historia cuenta que el mismo ‘famoso’
“Alejandro el Grande”, llevaba consigo a un varón amante para que lo
complaciera en sus “largas” jornadas (al parecer fue tan fiel que murió en
brazos del joven amante mientras las esposas de los dos depravados estaban
lejos en casa). Era una manera soterrada para promover el homosexualismo,
evitar el gasto e inversión en la justicia social que requiere la verdadera familia.
Los ‘generales’ creían que si dos soldados varones eran novios (“movios”),
pelearían con coraje, serían más fieles a las filas de la muerte y/a la causa
de la nefasta guerra e invasiones. Los tales oficiales también buscaban el
alimento sexual entre los “soldados bellos”. Era extraño encontrar entre las
fuerzas armadas verdaderos heterosexuales. Quiero afirmar que eran ‘machos’ es una
burla a la historia. Hoy esos pueblos que en el pasado creyeron ser ‘los machotes’,
lamentan el modernismo porque dicen que sus descendientes son ‘amanerados’. El
celibato obligatorio es una secuela de perversidad heredada de los malandros
oficiales y “pensadores” de esos malditos imperios de muerte que aun hoy huelen
a azufre.
Ninguno habitante terrícola
debe dudar que Estados Unidos (uno de los tres países ubicados en el territorio
de Norte America), es un imperio. Para nadie es un secreto que sus gobernantes
han usado la astucia para instalar bases militares en muchas naciones dentro
del planeta tierra. Estados Unidos ha sembrado tanta injusticia en el mundo,
que no alcanzaran las oraciones de los 7 mil millones de habitantes del planeta
contradictorio para purgar penas y delitos de lesa humanidad. Los actuales
estadounidenses son culpables y cómplices de magnicidios, genocidios,
violaciones y crueles atrocidades. Es una maldición nacer dentro de un país
asesino y psicópata. La sangre de las víctimas inocentes e ingenuos caerá
sobre miles de generaciones en cada concepción o engendro según las
circunstancias. Estados Unidos es solo un ejemplo entre muchas naciones sicarias
y asesinas. Si los hombres armados de un país asesinan y matan la vida, todos
los ciudadanos son culpables por no detener la masacre y por no haber
protestado ante la maldad de sus líderes. La ley internacional debería permitir
el aborto a las madres que por circunstancias ajenas a su voluntad rechazan la
idea de parir entre muros de asesinos y dementes.
Sin lesionar la verdad y
ateniéndonos a la razón con justicia y equidad, la deuda externa del imperio
estadounidense es por el exceso en el gasto e inversión militar. Aquí la
palabra ‘militar’ quiere decir: unidades militares (varones y mujeres armados),
uniformes, alimentación, alojamiento, seguro social, manutención de la familia
(Estados Unidos si promueve el matrimonio entre un varón militar y una dama y
que nazcan hijos), muebles e inmuebles para militares y sus familias, médico y
medicina, director espiritual (capellán), consumo de combustible, aviones,
carros para militares y civiles, helicópteros, barcos, buques, lanchas
patrulleras, antenas rastreadoras, implementos de comunicación, radios
(aparatos). Naves de combates, drones, cabinas y oficinas de mando para los
drones en tierra, fiestas, entretenimiento para los soldados y oficiales,
encuentros deportivos, encuentro culturales, clubes, restaurantes, casinos, útiles
personales para cada unidad militar y de policía, libros, bibliotecas, condones
y preservativos, hospitales especializados y generales, clínicas militares,
carros y tanques blindados, días libres y vacaciones remuneradas, paseos y
viáticos, confección y hechura de sellos y placas metálicas, confección y
hechura de diplomas y distinciones en papel , madera u otro material, cartas,
correo y distribución, confección y hechura de sellos y placas de tela, hechura
de Banderas, elaboración de astas para cada bandera en diferentes materiales, agua
potable en cada guarnición (dentro del país como fuera del territorio
nacional), armas de dotación por unidad, municiones por unidad, torpedos,
misiles, balas (hasta la bala madre), confección y hechura de bombas y
artefactos de destrucción masiva, centros de investigación, centros de
inteligencia, agencias anexas y aliadas al trabajo militar, pensiones
remuneradas a quienes ya cumplieron con el tiempo de servicio, credenciales o carnés
de identificación, fotografías, cámaras fotográficas y filmadoras, laboratorios
de investigación militar, centros de entrenamiento, escuelas, universidades,
construcción de la infraestructura vial para ingresar a la guarnición,
construcción de la infraestructura de los edificios militares, tiquetes aéreos
para invitados especiales, tiquetes aéreos para investigadores militares, pago
a agentes espías en varios países del mundo y dentro del mismo, pago a mercenarios
anexos, pago extra a militares en buen
retiro, cancelación y sueldo a profesores, gasto en agentes civiles en
situaciones administrativas, sostenimiento de laboratorios de investigación de
nuevas armas, consumo y pago de electricidad, pago de gasto de agua, consumo y
pago de gas, consumo y pago de calefacción donde se requiera, consumo y
pago de aire acondicionado en cada
edificio y en formas que hacen de la inversión militar un gasto exorbitante.
Ninguna nación por
poderosa que sea aguanta mantener un ejército al saber que no produce nada. Sólo
hay gasto y consumo. Algunos afirman que los militares cobran por servicios,
que fabrican armas y elementos de guerra y vehículos, para venderlos a terceros, pero aun así no hay dinero que alcance para tanta alharaca y gasto. Estas
recomendaciones no sólo son para el gobierno de Estados Unidos sino para
aquellas naciones del mundo que dejan morir de hambre a sus conciudadanos
mientras protegen y cuidan el aparato militar de muerte y destrucción. Los
tales se sienten muy poderosos con sus armas. Al final a todos los han destruido. Lo cómico de las
narraciones en la pérdida del falso poder se da al saber que un pueblo humilde,
sencillo y sin armas sofisticadas, son los encargados de destruirlos y bajarles
hasta pantalones de soldados que los portaban antes de morir. Ilusos y
pendencieros, todas y todos son perdedores. “La lista de naciones del despilfarro es bien
larga y no hay libro que la soporte”. Hubo un ciudadano que ocupo la silla del otro
imperio (“vaticano”), que se ingenió una frase que viene a colación antes de
dar a conocer las recomendaciones para lograr justicia, bienestar, paz,
igualdad y conciencia, al servicio verdadero dentro de cada nación libre del
mundo.
Fue uno de los jefes de la Iglesia Católica Romana conocido con el alias
de Pablo VI. El acuño dos palabras célebres: “Civilización del amor”. Nuestros
asesores y quien escribe, entendemos como ‘construcción de la ciudad del amor”.
El mundo y la organización política de cada país no requieren de militares,
hombres armados ni policías. Si logra el mortal terrícola humano sembrar la
verdadera justicia, no se necesitarán asesinos, abogados ni jueces (ni uno
solo). De paso los tales senadores, diputados o como se quieren llamar
sobrarían, y serian reemplazos todos por un grupo humano coordinador que
establecería en cada país soberano e independiente, el territorio de la ciudad
del amor. Este nacerá para todos los territorios del planeta tierra sin
fronteras y sin solicitar pasaporte. Ojalá el humano con sus militares no
destruya antes el planeta. De suceder la hecatombe antes del verdadero final,
todos saldrán “en átomos volando” a ser parte de la nada y de nuevo al vacío.
¿Qué se debe hacer para
evitar la destrucción del planeta, gasto militar y el debilitamiento del
Estado?
Para evitar la inversión
militar, destrucción de la nave tierra, el debilitamiento financiero y social
de los Estados del globo habitado, todos los ciudadanos deben
dejar egoísmos, cada complejo adquirido y cada uno de sus caprichos. Aquí
presentamos algunas sugerencias como recomendaciones, pero habrá otros y otras
que aumentaran las mismas con razón e inteligencia (si no se logra ahora en
tres días puede ser demasiado tarde):
- En un periodo de 10 años, desintegrar los ejércitos
(unidades militares y de policía), y convertir a cada miembro activo en un ciudadano
productivo de acuerdo con el talento, habilidad y destreza de cada uno de ellos y
de ellas.
- Los militares que estuvieron en servicio deben recibir la
pensión económica mensual normal del país hasta que cumpla la edad establecida
en otro oficio y al servicio de la nación respectiva.
- Convertir los batallones, bases y guarniciones, en
escuelas, hospitales, hoteles, clínicas, laboratorios de producción de
alimentos, granjas autosuficientes, laboratorios de investigación científica,
vivienda de interés social para los más alejados de los privilegios, escenarios
deportivos públicos para ser usado por todo el pueblo gratuitamente, teatros,
centros comerciales, depósitos de alimentos, procesadoras de alimentos,
tiendas, almacenes, parqueaderos públicos gratuitos y pagos, fábricas de
elementos para la casa, toda idea y proyecto que genere producción y bienestar
de todos y para todos.
- Fusionar las armas de guerra y regresar el mineral a un
banco de minerales, que se usaran en su debido tiempo en: construcciones de
puentes, carreteras, caminos, oficinas, edificios, casas, y para cada necesidad
del país o nación.
- Convertir buques, aviones, helicópteros, drones y barcos
de guerra, junto a los grandes navíos, en vehículos para el turismo, transporte
de mercancías interoceánicos, transporte de pasajeros, vigilancia del tiempo y
contra incendios o tragedias naturales, bibliotecas públicas sobre el mar,
clínicas y hospitales públicos sobre el mar, escuela de enseñanza de diferentes
disciplinas sobre el mar, unidades deportivas y culturales fijas sin consumir
combustible, museos, y en otras situaciones para el bienestar de todos los
ciudadanos.
- Crear con un grupo de exmilitares, una fuerza elite sin
armas para coordinar las posibles tragedias naturales que se presenten, dirigir
los ejercicios para el desarrollo físico y mental de las nuevas generaciones.
- Innovar con un
grupo de exmilitares, una fuerza cívica para instruir a los ciudadanos sobre
normas de tránsito, convivencia, familia, derechos y deberes de cada uno de los
ciudadanos.
- Organizar con un grupo de exmilitares, una fuerza viva
agrícola para sembrar árboles frutales, ornamentales, hortalizas y verduras, en
cada calle, avenida, autopista y terrenos libres de cada población.
- Dirigir con un grupo de exmilitares, una fuerza humana
vegetal para sembrar árboles maderables y medicinales, en bosques, selvas,
parques, praderas y a orillas de ríos y mares.
-
Coordinar con un grupo de exmilitares, una fuerza viva,
para cuidar las aguas en cada territorio.
- Asociar a un grupo de exmilitares, con el cuidado de
animales, plantas y minerales.
-
Fundar con un grupo de exmilitares, una fuerza
diplomática para solucionar problemas que se presenten en las otras naciones y
que requieran de asesoría cívica y social.
- Anular definitivamente el servicio militar obligatorio y
convertirlo en un “Servicio Social Obligatorio” para todos los bachilleres de
los países, trabajando sin remuneración voluntariamente durante 2 años
consecutivos de tiempo completo, de acuerdo al talento, habilidad y destreza
del estudiante (visita y cuidado de ancianos, control de las normas peatonales,
control de tránsito, guía y servicio para pasajeros, ayuda a las personas de la
tercera edad en las calles y avenidas, instrucción a infantes sobre aspectos de
la vida en sociedad, asesoramiento a menores y menoras de edad en enseñanza
aprendizaje, aplicación de primeros auxilios, guía y ayuda a turistas que
visiten la nación, transporte de infantes en el ciclo escolar y a personas de
tercera edad, acompañamiento a mujeres embarazadas, acompañamiento al mercado a
mujeres y varones de la tercera edad, ayuda y acompañamiento a personas
discapacitadas, cuidado de enfermos de
todas las edades, ayuda a hospitales y a todas las organizaciones que velan por
la seguridad social y el bienestar colectivo, y otras que aparecerán de otras
mentes.
- Que los políticos (senadores, diputados, concejales,
gobernadores, alcaldes, presidentes y otros), trabajen en proyectos de
producción junto a su labor por lo menos 15 horas semanales, antes que ellos y
ellas dejen de existir como senadores (cargo que debe desaparecer).
-
Crear una sola y única “Constitución Nacional” para todos
y cada uno de los países anexando y respetando especie, raza, cultura y
folclor.
- Distribuir la tierra en partes iguales a cada uno de los
ciudadanos de cada nación y de acuerdo con el talento y destreza, repartir por
zonas geográficas del país para la producción y el buen vivir.
- Separar la religión de la administración gubernamental de
cada país, respetando creencia, fe y rito.
- Desintegrar definitivamente monarquías, oligarquías y
grupos monopolizadores de la verdad, justicia y razón.
- Lograr que todos los ciudadanos contribuyan en forma
igual al sistema de gobierno, ejecutando proyectos para acabar con la pobreza.
Todos los hombres deben gozar de las riquezas con disciplina, decoro y
pulcritud. La pobreza no debe existir en mentes civilizadas y organizadas.
Todos los varones y mujeres tienen derecho a experimentar la riqueza y
felicidad.
- Redactar una “Carta de Normas y Leyes de convivencia”
para cada país, o hacer una para todos los países del mundo. Que cada nación la
acomode a creencia, costumbre e idiosincrasia de sus ciudadanos.
- Nota: Si todos son humanos y vibran en la misma
frecuencia con sus diferencias, lo positivo debe servir en cualquier punto de
la geografía del planeta, cumplirá con las mismas funciones y jamás altera la
ley natural.
Las guerras han
lesionado la paz del planeta. El recalentamiento del globo se debe al
lanzamiento de misiles y bombas sobre la naturaleza creada (para los ateos
usaremos la frase “la naturaleza evolucionada”). La descomposición de los
cadáveres a la intemperie después de las macabras guerras ha creado miles de
enfermedades y lamentos contra la vida, salud física y mental de los pueblos.
Los países más guerreros cuentan con la mayor población de desquiciados
mentales y enfermos psíquicos. Cada guerra ha dejado resentimientos y traumas.
Las nuevas generaciones deben aspirar a ser mortales terrícolas amantes de la
paz, sosiego y tranquilidad. Así como todos los pensantes tienen derecho a la
ternura, todas y todos tienen derecho a la felicidad y al disfrute de la vida.
Desde hoy aun las armas
de juguete se deben desintegrar. Es mal nacido aquel progenitor que regala un
arma a su hijo para matar. Los mismos regalos han ocasionado la muerte a seres
queridos dentro de la misma familia. Los hombres valientes y héroes deben ser
aquellos que sobresalgan al usar la inteligencia y razón. Es muy difícil
cambiar la mentalidad de la actual población, pero no es imposible. El Corazón y
la mente están más cerca de la paz cuando usa la razón inteligible. Si los
gobiernos no aceptan el cambio hacia la paz, los pueblos deben aplicar la
desobediencia civil. Si los gobernantes son necios y testarudos, el no cancelar
los servicios públicos durante un año o más (apagando en cada casa todos los aparatos
electrodomésticos eléctricos) y dejar de usar celular e Internet por largo
tiempo. Les puedo asegurar que la maldad desaparecerá, aunque tengamos que
regresar a costumbres primitivas, pero con civilización y evolución. La guerra
es producto de mentes torcidas y oscuras que aún viven sin conciencia.
Si usted
busca la paz y sosiego debe decir no a la guerra y un basta a pervertidos y
depravados. El amor es la mejor ocasión para mantener la vida de las especies,
el equilibrio de los universos y el deleite de la vida con ternura. Si no
frenamos hoy la guerra con sus matones y asesinos, la tierra puede estar
destruida en unas horas y usted “No será Mas” parte del espacio y tiempo. Como
dirían los otros fanáticos: Ellas y ellos “no volverán”.
Nota Importante: Tenemos un plan
programado a partir del 1 de agosto, del año 2023 y la última semana del mes de
diciembre 2023, para explicar el grandísimo problema hambrunal
que se acerca
para el planeta a partir del año 2028. Recorreremos con la ayuda de
Dios, cada uno de los países tanto
de América Latina como del Mar Caribe incluyendo las comunidades de
pueblos originarios que habitan la extensa región de la Selva Amazonas
de
Colombia, Brasil, Ecuador y Perú. También estaremos dictando
conferencias al
respecto sobre la Hambruna que viene,
en Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y España. Los grupos
humanos organizados deben prepararse para la hambruna, multiplicar la
información y las estrategias que presentamos para sobrevivir en la
tragedia a otros grupos y en cada país. Si usted quiere patrocinar esta misión y financiar viajes, necesidades personales y
pormenores, agradecemos hacer un aporte económico como donación a la cuenta de
nuestra organización a través de PayPal… Aquí - Dios multiplique su ayuda
y solidaridad. Ténganos en cuenta en sus oraciones y rezos. Amén …
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